miércoles, 11 de mayo de 2011

Las historias de Max. Capítulo extra 1


Hokai-Hokai no mi

Hokai-Hokai no mi:

Todo ocurrió hace poco más de dos años, por lo que yo solo tenía 17 años, me encontraba en un pequeño claro del bosque de Lvneel leyendo un libro de piratas, como de costumbre. Aquel bosque era el lugar al que iba cuando quería paz y tranquilidad, y también cuando deseaba alejarme de aquellas personas que tanto odiaba, aquellas que me odiaban por solo tener el apellido Montblanc, aquellas personas que habitaban Lvneel.
Me encontraba tranquilamente leyendo mi libro cuando de golpe un gran estruendo hizo temblar mis odios, se trataban de unos cañonazos provenientes de algún barco que se hallaba en la parte este de la isla. Yo me aterré al oír ese sonido, pues no es de agradar que te ataquen a cañonazos, pero deseaba ver sufrir a mis enemigos, a los habitantes de Lvneel, así que me dirigí hacía la costa este adentrándome por el bosque. Una vez hube dejado el bosque atrás, fui con mayor sigilo, pues no quería que me descubrieran.
En cuestión de minutos llegue al puerto, allí se encontraba el barco de unos piratas, en la parte de estribor habían seis cañones apuntando hacia la isla, alguien desde dentro los estaba metiendo al interior del barco, lo que significaba que habían dejado de lanzar cañonazos a la isla, pero el barco en cambio estaba casi vacio, solo estaban 2 piratas en cubierta cuidando el barco y la persona que estaba dentro metiendo los cañones. Dado que lo que quería era ver a la gente de mi isla sufrir, deje de observar el barco y me fui por la parte trasera del puerto a buscar un sitio seguro desde donde pudiera observar a los piratas masacrando la isla.
Yendo por detrás de las casas, me acerqué a las calles centrales de la isla, allí había un par de decenas de piratas, entrando en todas las casas y sacando a sus habitantes, tras esto los ataban y los dejaban tirados en el suelo, después volvían a entrar y saqueaban sus casas. Allí estaban todos, todos y cada uno de los habitantes de Lvneel, menos mal que conforme los sacaban de sus casas y los ataban, también los amordazaban, si no seguro que alguno de esos traidores se chivaba de mi ausencia.
Aprovechando la ocasión me dirigí hacía la playa más cercana al puerto donde se encontraban los piratas en busca de alguna barca, allí solo encontré una pequeña balsa de madera medio rota, la analice y averigüe que aunque no dudaría mucho a flote, si lo haría el suficiente tiempo para llegar hasta el barco y volver. Cogí la pequeña balsa y 1 remo roto que había encima de esta y me dirigí hacía puerto.
Cuando llegue a puerto, me dirigí a la parte de babor del barco y allí entre por uno de los huecos preparados para los cañones. Una vez dentro me acordé de que hacía unos minutos allí estaba uno de los piratas, el que guardaba los cañones, casi me dio un vuelco el corazón cuando me acorde, pero hice un esfuerzo para tranquilizarme, pues debía estar atento, me encontraba en el interior de un barco pirata desconocido. Eche un vistazo a la sala donde me encontraba y casi me dio otro ataque al corazón, allí estaba, el pirata, un pirata, posiblemente el que antes guardaba los cañones en su sitio. Me acurruque tras el cañón esperando que alguna idea me viniera a la cabeza o que aquel pirata se marchara.
Minutos después el pirata allí seguía, antes no conseguía oír nada, pero ahora oía como el pirata murmuraba algo sin censar y repitiéndose todo el rato, parecía un ruega o una oración; tal era mi curiosidad que salte el cañón tras el que me encontraba y me puse detrás del siguiente. El ruido que hice al caer sobre el suelo hizo que el pirata parara de murmurar, pero poco tardo en volver a sus andanzas, de nuevo repetí el movimiento anterior, pero esta vez más silenciosamente, aunque en vano fue, pues el pirata paro sus murmuros y se levanto.
-¿Ahi alguien hay? –murmuro al tiempo que se rascaba la cabeza extrañado.
El pirata dio dos pasos y observo a ambos lados, a derecha y a izquierda, por si alguien escondido ahí estaba.
-Beni ¿Eres tú?, ¿no deberías estar en cubierta? –preguntó el pirata, tras ello dio dos pasos más y volvió a mirar a ambos lados.
Oh no, pensaba yo, a cada paso que daba estaba más cerca de encontrarme, tal era mi desesperación que no dude en coger una de las balas de cañón que amontonadas se encontraban a mi lado y la agarre fuerte con la mano derecha, me prepare para lanzarla con todas mis fuerzas y espere a que el pirata diera un par de pasos más, entonces ya estaría a tiro, solo tendría una oportunidad.
De pronto, y para mi salvación, se abrió la puerta que conectaba con cubierta.
-Harry, se puede saber qué haces ahí –pregunto el chico de largas melenas, que acababa de entrar a la habitación-. Deberías estar en cubierta con nosotros.
El pirata, que al parecer se llamaba Harry, puso una cara de tremendo pánico, una expresión que jamás había visto tan fuertemente, Harry contesto rápidamente al tiempo que se dirigió hacia el de largas melenas casi corriendo-. Estaba descansando los brazos, los cañones son muy pesados y cuestan de meter, además he tenido que limpiarlos. –el pirata de largas melenas puso una cara de aceptación y con la mano señalo hacía fuera, tras esto salió dejando la puerta abierta.
Harry se dirigió a la esquina donde antes se encontraba, se agacho y escondió algo bajo una manta.
Yo que estaba acurrucado sobre mi lugar, enormemente asustado, me levante del sitio y me dirigí hacia aquella esquina, levante la manta y debajo de esta encontré una extraña cosa, se trataba de una especie de racimo de uvas, pero era muy extraño, pues era de un color rojizo chillón y tenia espirales dibujadas por toda su superficie, tal era su color que me llamaba fuertemente la atención, así que no pude evitar llevármela a la boca, malgrat su extraño ser. Nunca hube probado en la vida sabor más horripilante, tan horripilante era su sabor que no pude evitar soltar un pequeño grito de asquerosidad, ese grito fue el causante de que los piratas me descubrieran y vinieran corriendo a la habitación.
Los piratas entraron en la habitación rápidamente, yo me acaba de levantar y me disponía a correr, cuando uno de los piratas vino hacía mi con la espada en alto, yo con todas mi energía fui hacía la ventanita y me lance a mi balsa, cuando cai en esta me di cuenta que mi cuerpo estaba brillando con un tono rojizo, entonces el pirata salto encima de la balsa, pero esta se estaba convirtiendo ya en ceniza.
Ambos caimos al agua, por alguna razón extraña no podia nadar, por suerte para mi, el pirata inconsciente de que no sabía nadar, me cogio del cuello y nado hasta el muelle, para poder rematarme, allí me saco junto a el y poniendome la mano sobre el cuello y alzando la otra, en la cual llevaba la espada empuñada se dirigía a cortar mi cuello, pero de pronto la mano de este empezo a convertirse en ceniza, él, asustado, apartó la mano, pero esta ya estaba en cenizas casi al completo, fue entonces cuando yo aproveche para huir, dejando al pirata agonizante de dolor atras.

PD: De nuevo siento la tardanza, pero me es muy díficil llevar una rutina aproximada de subida.

martes, 26 de abril de 2011

Las historias de Max. Capítulo 2


El día de la madre

Introducción:
Todo esto ocurrió en las pascuas de hace ya largos años atrás, mi madre se encontraba muy enferma, tan enferma que ni si quiera era capaz de encargarse de mí y de mi hermana pequeña, y yo quería hacerle un gran regalo por el día de la madre, un regalo que le hiciera olvidar todas sus penas, el mejor regalo del mundo, pero había a caso algo tan bueno en el mundo que pudiera hacerle olvidar sus penas aunque por un solo momento fuera, no sé si lo había, pero no pensaba parar hasta conseguirlo, esa era mi meta.

El día de la madre:
Me encontraba descansado en el sofá cuando de pronto oí que mi madre me llamaba desde su cuarto-. Ca...cariño... puedes traer... traerme la medicina, que se me ha olvidado... cogerla y ya no puedo levan... levantarme -me dijo entre fuertes respiros, pues no tenía fuerza ni para hablar.

Fui a por el agua y las medicinas y se lo llevé a su cuarto-. ¿Qué tal te encuentras hoy? mamá -le pregunté al tiempo que le ayudaba a inclinarse y a tomarse la medicina, al acabárselas bebió un sorbo final de agua e ignorando mi pregunta señalo hacía la cama de mi hermana, yo cogí  el vaso de agua y fui a la cama de mi hermana, con el otro brazo la cogí a ella y me fui hacía fuera.

-Gracias por preocuparte hijo... -me dijo cuando estaba cerrando la puerta, ella sabía que mentirme y decirme que se encontraba bien no serviría de nada, así que prefirió dar por hecho que sabía la respuesta.

Fui al salón y deje a mi hermana en la alfombra, entre el sofá y la mesita, le encendí la tele y yo me fui a dejar el vaso de agua en la cocina. Volví al salón y me senté en el sofá, entonces le dije a mi hermana-. Pequeña, espero que puedas ser más feliz que nosotros y encontrar a alguien que te quiera de verdad... -ella me miró y me enseño una sonrisita soñadora.

Cuando volvió mi padre del trabajo le deje a cargo de mi hermana y de mi madre y yo me fui fuera, pues quedaban pocos días para el día de la madre y tenía que pensar en que regalarle, y en casa no encontraría la respuesta.

-¿Dónde vas hijo? -me preguntó mi padre al ver que me ponía la chaqueta y me iba-. Eres muy pequeño para estar solo ahí fuera a estas horas.

-Tranquilo papá se cuidarme -le dije mientras abría la puerta y le sonreía confiadamente para irme, antes de cerrar la puerta por completo oí como mi padre dio un largo suspiro y mi hermana iba a saludarlo.
Me fui a dar una vuelta por el campo, allí con los sonidos típicos de este ambiente, el olor de la naturaleza y la frescura de la misma, despejaría mi mente bien despejada, para poder pensar mejor en eso que deseaba. Estuve andando durante una hora aproximadamente, entonces decidí tonar de vuelta por mi camino, pero de pronto el suelo se abrió a mis pies, una enorme grieta en el suelo me trago.
-Aughh... ¿Dónde estoy? ¿Qué ha pasado? -me pregunté a mi mismo, sin esperar respuesta alguna.
Cuando la humareda desapareció pude ver aquel lugar. Aquel lugar parecía una especie de laberinto, y yo me encontraba en suelo sobre un montón de escombros, y  a mi lado habían unas gruesas lianas que debieron caer como yo, pero estas estaban sujetas, así que por ellas podría subir, pero cuando estaba  subiendo algo me llamo la atención, un resplandor dorado relucía al final de aquel largo pasillo, un resplandor dorado que llamaba mi atención más de lo normal.
Fui hacía aquella luz, parecía estar más cerca de lo que estaba, pero no volví atrás, sino que continúe caminando hasta que me encontré con una enorme sala, y en medio de esta, sobre una especie de fuente, una figura de oro macizo, la figura era una especie de pequeña hada bailando de forma extraña con las alas abiertas. Cuando la cogí esta brillo con gran fuerza y empezó a bailar, yo me asuste muchísimo, pero pronto me tranquilicé, pues aquella figura empezó a hablar con una voz celestial, una voz tan perfecta que debía ser capaz de amasar a un millón de fieras hambrientas.
-Joven, has llegado hasta la fuente de los sueños en busca de algo, ¿no es cierto? -dijo aquella celestial voz.
-¿La fuente de los sueños? -me pregunté a mi mismo, pero ella lo oyó.
-Sí, la fuente de los sueños, esta fuente está en el corazón de todo hombre y toda mujer, pero solo algunos pocos son capaces de hallarla, ahora dime, ¿Qué es lo que deseas? -me informo aquella voz celestial.
-De... de... deseo... el mejor regalo del mundo, un regalo que le haga olvidar todas las penas y sufrimientos a mi madre, un regalo único -le dije dudosamente al principio, pero con todas mis ganas.
-¿Con que el mejor regalo del mundo para tu madre? humm... ¡De acuerdo! -dijo aquella celestial voz, y de pronto un gran destello, mucho mayor al anterior, ilumino toda la sala y me dejo ciego durante medio segundo. Cuando abrí los ojos, la estatua había vuelto a su lugar y una rosa enorme y roja había caído sobre mí.
-¿Una rosa? -pregunté, pero nadie respondió-. ¿Una simple rosa? -volví a preguntar, esta vez a mí mismo.
Decepcionado a la par que extrañado volví a casa con la rosa en la mano, en el camino la fui observando durante todo el rato, era una simple rosa, pero era algo extraña, relucía más que ninguna otra y era súper grande, pero por el resto era bastante normal.
Llegue a casa y me fui directo a mi cuarto, allí en un jarrón de agua, junto con unas margaritas que me había cogido mi hermana el otro día en el parque, deje la rosa, después fui a cenar y al acabar la cena me fui a dormir, aunque antes estuve jugando un rato con mi hermana.
Pasaron los días y llego el momento, el momento de entregarle ese gran regalo, ya era el día de la madre, así que fui a la habitación y me dirigí hacía el jarrón, entonces fue cuando me di cuenta, esa rosa era una rosa completamente normal, y lo que yo buscaba era algo especial, algo que le hiciera sonreír a mi madre como hacía tiempo ya que no lo hacía, pero igualmente ya no había vuelta atrás, así que me dirigí hacia su cuarto con la rosa en mano y dando dos golpecitos en la puerta previamente, dije-. ¿Mamá se puede pasar? – a lo que mi madre me contesto con un si debilucho seguido de un poco de tos.
Entre en la habitación y me subí  a su cama, mi madre me miro y me pregunto-. ¿Qué pasa hijo? –yo con la mano en la espalda, y mi hermana mirándonos y sonriendo, le enseña la flor con cara de tristeza, pues no era el regalo que esperaba darle-. ¡Ohh! ¡Cariño! ¡Qué bonito!, ¡No tenías porque molestarte! ¡Qué bonita! ¡Muchas gracias cariño!, has visto hija mía, que regalo más bonito me ha dado tu hermano, ya verás cuando se lo enseñe a papá –dijo mi madre súper alegre, pero ¿Por qué se puso tan alegre?, a caso era una rosa mágica o era simplemente por el hecho de haberme acordado de regalarle algo, no sabía el porqué, pero daba igual, lo importante es que a mi madre le había gustado tanto, que se había olvidado de sus penas, aunque no sea para siempre.

PD: Siento la tardanza, pero he estado ocupado y no he podido subir ni escribir nada.

viernes, 1 de abril de 2011

Las historias de Max. Capítulo 1

Presentación.

Como bien dije al inicio de este blog, este será un blog donde subire fanfics de trabajos literarios o dramaticos u otras cosas similares. Pues aquí os presento un nuevo "fanfic" que tratará de One Piece también, pero del personaje de un Foro rol de OP (akumanomi) y sus historias a contar, las cuales son aleatorias y sin orden de ningún tipo, si deseaís saber más sobre este foro o este personaje, visitar la web y registraros, os lo recomiendo.

Dicho esto, aquí teneís la primera "Historia de Max"


Un día de Pesca

Introducción:
Esta historia ocurrió hace mucho tiempo, exactamente el jueves 19 de marzo de 1997, ese día yo cumplía 5 años y mi padre me quería hacer un regalo muy especial, él me quería enseñar a pescar, algo que mi padre adoraba y que por tanto deseaba enseñarme cuanto antes, pues para él era algo muy importante. Pero a él no le agradaba nada llevarme al pueblo. por donde teníamos que pasar para ir a pescar, de hecho solo íbamos al pueblo para lo indispensable, para el resto nos quedábamos en nuestra casa, que se encontraba en un valle alejado del pueblo. Pues como todos recordareis, en Lvneel, mi familia no es muy apreciada por apellidarse Montblanc.

Un día de pesca:
-¿Maxy, estás preparado para recibir tu regalo de cumpleaños? -preguntaba mi padre, quien se ocultaba en el pasillo para esconder mi regalo mientras hablaba y me entretenía con sus monólogos, mientras me hacía impacientar para que le pidiera a gritos mi regalo, y así el de un salto ponerse delante de la puerta para que le viera.
-¡Si! -conteste yo, mientras daba pequeños saltitos con los brazos alzados.
-¿Estas seguro? ¿De verdad estas preparado para recibir tú regalo? -me preguntaba para así hacerme esperar más.
-¡Si! ¡Quiero verlo! -conteste de nuevo y corrí hacía el pasillo para descubrirlo antes de tiempo.
-¡Ahjaja! -gritó mi padre al tiempo que daba un saltito para ponerse en medio de la puerta, justo delante de mí-. ¡Aquí tienes tu regalo! -en su mano derecha llevaba una caña de pescar para principiantes nueva, y en la otra mano, una mochila y una caja con el resto de accesorios.
-¿Una caña de pescar?... -dije dudoso-. ¡¿Me vas a enseñar a pescar?! -grite eufóricamente, ya lo había entendido.
-Si, y además esta caña es para ti, aun eres muy pequeño para utilizarla, pero yo te ayudare -me dijo completamente emocionado-. ¿De verdad te gusta?
Recuerdo que no me apasionaba la idea de ir a pescar, pero solo el ver tan feliz a mi padre, me hacía pensar que me lo pasaría genial, así que le conteste con un movimiento afirmativo de cabeza, a lo que él contesto:
-De acuerdo, pues entonces vístete rápido, dale un beso a mamá,; pero con cuidado no la despiertes, y vayámonos -me dijo alegremente, tras lo cual nos pusimos en marcha.
Enseguida nos pusimos en marcha, tardamos una media hora en llegar al pueblo, el cual teníamos que atravesar si o si, además teníamos que ir al puesto de pesca para coger cebos, ya que se nos habían acabado.
Cuando entremos en el pueblo mi padre me cogió del hombro y me junto contra su pierna, tras ello me dijo-. Cariño, tú no te separes de mí y no hagas caso a las malas miradas ni a lo que oigas. Yo no respondí nada, pero no dude en hacerle caso, pues su cara era muy serie, y eso era algo raro en él. Mientras íbamos andando, como el ya me había avisado, la gente nos miraba malamente y murmuraban cosas a nuestro paso, solo algunos eran los que nos saludaban y se dignaban a mirarnos buenamente.
Lleguemos a la tienda, donde un amable dependiente de aproximadamente unos sesenta años, que se caracterizaba por su vestimenta pesquera y el largo pelo blanco acompañado de un bigote y una barba blanca, nos atendió.
-¿Qué deseáis? -nos preguntó con una sonrisa en la cara
Hijo, dile al dependiente que es lo que queremos -me insistió mi padre, dándome pequeños empujones en los hombres para que fuera al mostrador.
Yo lo mire a la cara y al ver su rostro relajado, me relaje yo también, di 2 pasos hacía el mostrador y me puse de puntillas para llegar a el mismo, una vez colocado le dije al dependiente-. Queremos unos cebos para pescar -le dije, a lo que el dependiente me contesto con una sonrisa y dándome los cebos; mi padre, quien ya debía saber su precio, lo dejo al momento sobre el mostrador y nos marchemos, pero cuando estábamos en la puerta se oyó una voz desde dentro que hablaba con el dependiente.
-¿Como puedes venderles a esa escoria? -dijo con un tono  despreciable, a lo que el dependiente no contesto, o al menos no verbalmente. Mi padre se paró un momento y a punto estuvo de girarse e ir a por aquel joven, pero yo le cogí de la mano y se la apreté fuertemente, teniendo como consecuencia que mi padre volviera a su tarea.
Llegamos a la playa y nos pusimos sobre un saliente donde no había gente, allí mi padre me sentó y después se sentó él detrás de mí rodeándome con las piernas, cogió la caña, preparo todo lo necesario y empezó a enseñarme. Así fue como pasemos todo el día hasta casi el anochecer, que nos volvimos para casa.
De camino a casa, cuando estábamos saliendo ya del pueblo, nos encontramos con tres jóvenes, uno decía ser el cliente de la tienda de pesca que nos llamo escoria y los otros dos, eran sus amigos. El que antes estaba en la tienda y otro de sus amigos, fueron y rodearon a mi padre, mientras el otro amigo me cogió a mí y me aparto, tras decirse unas palabras que yo no llegue a escuchar, mi padre se fue con ellos, pero antes me grito-. ¡Maxy, vuelve a casa, luego iré yo que tengo que hacer unas casas!.
Como mi padre bien me dijo, yo volví a casa y allí le conté todo a mi madre, mi madre me hizo una rica cena y me felicito por mi cumpleaños, tras esto me envió a la cama, yo no quería, pues quería esperar a mi padre, pero ella me obligo. Me fui a la cama y sin salirme de allí estuve esperando a mi padre, quien tardo una media hora más en llegar, cuando llego a casa mi madre pego un pequeño chillido; pero no pude enterarme de nada más, pues ya me estaba durmiendo antes de que mi padre llegara.
Al día siguiente le pregunte a mi madre que dónde estaba papá, ella me dijo que estaba trabajando y que ya volvería luego, pero paso una semana hasta que lo volví a ver, y no venía del trabajo, si no de la cama.

domingo, 27 de marzo de 2011

One Piece. Capítulo 2

La ciudad del viento, Windertown

–Pero, qué dices Nami –dijeron Franky y Luffy al unísono, tras lo cual, todos quedaron en completo silencio esperando una respuesta, a ser posible más coherente, de su navegante.
–Eee… ee… ¡en serio!, a través de la nube de vapor he conseguido ver la red line, es más, diría que se trataba del monte invertido, incluso diría más, creo que se trataba de los cabos gemelos –dijo mientras miraba hacía donde se supone que estaba dicho monte, el cual no dejaba ver la nube de vapor–. Pe… pero… no vi ningún faro… aparte es imposible… ¡No sé! ¡No me creo lo que han visto mis ojos! Pero lo han visto –dijo al tiempo que se acurrucaba sobre su lugar sin soltarse de la barandilla.
En ese momento, el barco se hundió en un completo silencio, solo se oía el fuerte viento, el golpear del agua en la parte inferior del barco, la única que aun tocaba el mar, y un sonido muy similar al caer del agua de una cascada. Cuando el sonido de la cascada hubo llegado a los oídos de los mugiwara, el sepulcral silencio se hizo aun más silencioso, todos quedaron muy sorprendidos al escuchar este sonido, pues era idéntico al sonido que sintieron cuando por primera vez vieron el monte invertido, cuando entraron en la grand line. Luffy, Zoro, Nami, Usopp, Sanji, Robín y Brook* quedaron en shock durante unos segundos, el tiempo suficiente para que todas las dudas se resolvieran de un solo vistazo.

El vapor cada vez era menos intenso, las curvas por las que el barco se estaba moviendo a causa del aire habían desaparecido, ahora se movían en línea recta; por el contrario, el sonido de la supuesta cascada cada vez sonaba más cercano y la fuerza con la que el viento empujaba el barco, era aun más potente. La razón de estos cambios, era que estaban entrando en el supuesto monte invertido, que ahora ya se podía ver con claridad.

Croquis simple de la isla y la ciudad

 –¿Nami?... ¿era eso lo que viste? –dijo Chopper señalando a la isla que se alzaba ante sus ojos.
 Nami, que al igual que el resto de la tripulación a excepción de Franky y Chopper, estaba mirando el suelo, conmocionados por el shock de antes; levanto la cabeza mirando hacia la isla y dijo–. Sss… Si…. ¡Sí!, era eso, una simple isla. Dios, que susto me había dado, pensé que era algo peor –dijo sin levantarse del suelo, ahora por la sensación de liberación.
–Nami… no sé si te das cuenta de lo que esto signif…. –exponía Franky cuando se vio interrumpido por un grito que hizo despertar del shock al resto de la tripulación.
–¡Ahhh! ¡Un momento! Eso, eso… ¿¡Qué vamos a hacer con eso?¡ –dijo Nami señalando a la enorme colina por la que estaba compuesta la pequeña isla. Esta colina estaba dividida por un gran río que extrañamente, muy extrañamente iba hacia arriba, hacía la cima. Y los mugiwara, se dirigían inevitablemente hacía esta corriente.
–Yo pienso que deberíamos dejarnos llevar por el viento, al fin y al cabo, es el que nos ha estado dirigiendo todo el rato, supongo que de esta colina es de donde nacen estas corrientes de aire, y no solo eso, si no que por lo visto es posible que sea también donde acaban –enunció Robín, quien estaba aun sujeta por Sanji contra la barandilla.
–Bueno, tampoco podemos hacer otra cosa ¿No crees Nami? –dijo Sanji sin soltarse de la barandilla, ni alejarse de Robín.
–Cierto, si antes ya nos era difícil, siendo que el único impedimento era el viento, ahora que se nos ha añadido el estrecho espacio y la ascendencia de la corriente, aun menos podemos hacer.
–¡Pero estáis locos! ¿¡Como vamos a subir por un río que va en dirección contraria, de verdad ¡¡Estáis locos!! –dijo Chopper completamente asustado.
–Chopper, no es la primera vez que lo hacen, o al menos yo no ¡Jojojo!, para entrar al Grand Line, debes de pasar por un lugar similar a este, no hay otra forma. –dijo Brook, quien aun se acordaba de la vez que entro a la grand line con sus antiguos nakamas, hace ya más de cincuenta años.
Así fue como continuaron con la charla. Tan metidos estaban en ella, que ni cuenta se dieron de que el barco ya estaba subiendo la enorme colina. Conforme iban subiendo por la colina, se podían observar llanuras de diversos tamaños, generalmente pequeñas, que se encontraban a diferentes alturas. También se observaban unos enormes y extraños arboles, que se adaptaban a la perfección a las corrientes de aire gracias a su enorme flexibilidad, además de otros tipos de flora más comunes.
Cuando ya habían subido una larga distancia por aquel extraño rio, se toparon con un pequeño islote que dividía el río en dos afluentes que se debían reunir más adelante, pero no hubo inconveniente alguno, pues el viento unido a la corriente, los llevo por medias de aquel islote y la parte este de la isla sin causar problema alguno.
La tripulación aun seguía con su charla cuando de golpe, un gran temblor seguido de un enorme estruendo resonó por todo el barco, al momento todos cayeron al suelo a excepción de Robín y Sanji, quienes cayeron por la borda.
–¡Robín!, ¡Sanji! –grito Chopper atemorizado, pero no fue nada más que un susto, pues del lugar por donde habían caído ambos, salió una cadena de brazos que los agarro al vuelo y los puso a salvo–. ¡Qué fantástica eres Robín! –alardeo Chopper con la sonrisa de nuevo en la cara.
–¡¿Qué es lo que ha pasado?! –Pregunto Zoro, asomando la cabeza por una de las ventanas del puesto de vigilancia–. Se puede saber que ha pasado aquí, ¿Qué hacemos navegando por un río? ¿Qué hace ahí esa red? ¿Dónde estamos?. Me hecho una simple siesta y ya la armáis buena, se puede saber qué pasa con vosotros.
–¡Pero se puede saber que hacías tu durmiendo! ¡Encima tienes la cara de preguntar que qué hacíamos nosotros! –acuso Nami completamente alterada.
Zoro se dirigía a contestarle cuando Franky interrumpió la conversación–. ¿Has dicho una red? –pregunto Franky al tiempo que se giraba para mirar hacía proa–. Pe-pe-pero ¡¿Qué es eso?! –dijo extrañado Franky al tiempo que señalaba hacía delante, donde había una gigantesca red que estaba enganchada a dos mástiles, los cuales se apoyaban en los bordes del rio. Esta red, por lo visto, tenía como función, detener los barcos para que no siguieran avanzando, lo que significa, que la red había sido la causante del temblor que segundos antes había sacudido el barco.
–Así que era eso ¡Jojojo!, que cosa más extraña –dijo Brook, el cual se hallaba completamente estirado sobre el suelo, pues aun no se había levantado del suelo.
–¿El qué? ¿Qué era que? –Pregunto Luffy, quien aun no se había dado cuenta, como de costumbre, de lo que pasaba por su vida–. Oye podíamos ver si hay algún sitio donde comer carne ahí, que llevamos ya un par de días sin comer carne –dijo Luffy señalando hacia el noreste, donde parecía que habían unas casas.
Todos miraron hacía donde Luffy señalaba y quedaron extrañados al ver que a lo lejos parecía haber una especie de ciudad o poblado.
–Anda, parece que en esta isla vive gente, mejor, así podre llenar las bodegas, que como Luffy bien ha dicho, estamos sin carne desde hace un par de días. –apunto Sanji, tras lo cual Luffy salto de alegría y se puso a pregonar a los cuatro vientos que pronto podría comer su comida favorita, la carne.
–Pero, como pueden vivir aquí con el viento tan fuerte que hace, debe de ser un caos –dijo Usopp mientras espolsaba los pantalones.
–A lo mejor este viento solo es algo eventual, o simplemente tienen alguna técnica para protegerse de él, o quién sabe, de todos modos, si no vamos no lo sabremos, así que vayamos ¿no? –dijo Robín dirigiendo la mirada hacía Nami.
–Si claro, vayamos –dijo Nami, tras lo cual, miro hacía el puesto de vigilancia y subiendo el volumen de su voz, dijo–. ¡Zoro!, ¿Te quedas a vigilar el barco o vienes? –el silencio se apodero del barco, pues todos esperaban la respuesta de Zoro, quien no contestaba­–. ¡¡¡Zoro!!! –grito enfurecida Nami.
–¡¿Se puede saber por qué gritas?! ¡Me has despertado! –grito Zoro con todas sus fuerzas al tiempo que sacaba de nuevo la cabeza por una de las ventanas.
–¡¿Cómo puedes dormir tanto?! ¡Baja aquí ahora mismo o te bajo yo! ¡Para que duermas, mejor que vengas con nosotros y ayudes a Sanji con la compra o a quien sea! –dijo Nami, mientras se preparaba para subir a por Zoro.
–No gracias, prefiero quedarme durmiendo antes que ayudar al cejas raras –dijo Zoro, a lo que Nami se dirigía a contestarle, pero esta se vio cortada por otra voz.
–¡Ni se te ocurra llamarme cejas raras, cabeza de morsa! –amenazo Sanji al tiempo que alzaba los puños.
–¡¿Cómo que cabeza de morsa?! ¡Te vas a enterar! –devolvió la amenaza Zoro, mientras bajo de un salto a cubierta y juntos se pusieron a luchar como de costumbre.
Nami dio un suspiro y bajo del barco a reunirse junto con Chopper, Brook, Usopp y Franky quienes estaban ya abajo, con ella también bajo Robín. Mientras tanto en cubierta Zoro y Sanji seguían peleándose y Luffy animando el combate sin saber por quien decantarse. Los otros seis ya empezaron a caminar, por lo que Zoro, Sanji y Luffy dejaron el combate y fueron corriendo tras ellas.
Los nueve continuaron andando un par de quilómetros mientras debatían que harían cuando llegaran a aquella ciudad. Sanji decía que el iría a por comida, Chopper que le acompañaría e iría de paso a por ingredientes para sus medicinas, Nami y Robín decían que ellas irían a conocer un poco la isla, Zoro y Luffy aseguraban que nada más llegar irían a un bar y se hincharían a rica carne, y Franky, Usopp y Brook decían que irían a comprar herramientas e instrumentos varios.
Tardaron poco en encontrarse con las casas que habían visto desde el barco, pero tras ellas, una extraña sorpresa que los altos arboles no les habían dejado ver, se trataba de una enorme cúpula de tela, como la de un circo pero aun más grande, que se hallaba únicamente abierta por la parte de arriba. Esta se encontraba en medio de un espeso bosque donde predominaban aquellos extraños arboles, y en la entrada a esta se encontraban dos casas más que sujetaban una pancarta en la que se leía, “Bienvenidos a la gran Ciudad del Viento, Windertown”. Toda la tripulación quedo con la boca abierta mirando a aquella monumental cúpula.

Nota*. Son los siete mugiwaras que se sabe a ciencia cierta que entraron a través del monte invertido a la Grand line, Chopper, en cambio, nacio en ella y de Franky no se sabe si entro por el monte invertido o por la calm belt con un barco recubierto con kairoseki.

martes, 8 de marzo de 2011

One Piece. Capítulo 1.


Sorpresa en el Thousand Sunny

Robín, Usopp, Chopper y Brook se encontraban en cubierta disfrutando del maravilloso día soleado que hacía, mientras tanto, mantenían una pequeña conversación.
–Que maravilloso día hace –confirmaba Robín, quien con un traje de baño de color morado y negro, y un largo pareo negro, yacía tumbada sobre una tumbona–. Ya podían ser así todos los días.
–¡Jojojo! Cierto es Robín, si me voy a poner moreno y todo. ¡A no!, ¡que soy todo de huesos! Como estoy muerto… ¡Jojojo! –comentó Brook, el cual estaba ayudando a Chopper a preparar sus píldoras.
–Hacía ya largo tiempo que no teníamos un genial y tranquilo día como el de hoy –dijo Usopp, mientras continuaba creando su nueva, mejorada y maravillosa arma, como él la llamaba–. ¡Deberíamos quedarnos, aquí por siempre!
–¿¡Qué?! ¡¿Y de que viviríamos entonces?! ¡Nos moriríamos aquí en alta mar! –dijo Chopper completamente alterado, tanto que dejo sus herramientas medicas, se alzó de un salto y empezó a dar vueltas de forma histérica por toda la cubierta.
–¿¡Qué?! ¿¡Qué vamos a morir?! –dijo Brook, al mismo tiempo que dio un enorme salto y se puso tras de Chopper imitándolo, corriendo por toda la cubierta–. ¡No puede ser, debemos de irnos rápido de aquí!.
–Chicos… calmaos… aquí nadie va a detener el barco, ni tampoco va a morir nadie –dijo robín, dirigiéndole después la mirada a Usopp para que este le ayudara–. ¿No es cierto Usopp?.
Usopp, que se había levantado. se encontraba de pie con la mirada clavada en el suelo, susurrando–. Vamos a morir, vamos a morir… ¡mamá quiero irme a casa!
Robín, quien esperaba algo más de cordura por parte de sus compañeros, cruzó las manos sobre su pecho e hizo calmarlos como nadie mejor sabría–. La tontería se ha acabado –aclaró, tras ello pronunció–. “seis fleurs”, tirar –tras pronunciar estas palabras, 2 brazos salieron por debajo de cada uno y los cogieron de ambos pies, tras esto, rápidamente, tiraron hacía atrás haciéndoles caer de bruces al suelo.
Momentos después, la puerta de la cocina se abrió, tras ella apareció Sanji, el cual portaba una bandeja con 2 limonadas, este se dirigió hacia Robín e inclinándose le ofreció una limonada–. Para la más dulce mujer, el más dulce sabor –pronunció con tono cortés, al tiempo que le ofrecía la limonada.
–Gracias Sanji –agradeció Robín sin dejar de sonreír.
Sanji se puso tan eufórico por como se lo agradeció Robín, que dando pequeños saltitos subió a proa, donde se encontraban Luffy, Franky y Nami, se acercó a Nami y con las mismas palabras le ofreció la limonada restante, la cual haciendo caso omiso lo ignoró y continuo mirando hacía el horizonte pensativa, Sanji quedo tan desagradablemente sorprendido que no pudo evitar caer al suelo de rodillas completamente desanimado.
Luffy, quien estaba sentado en el mascarón de proa, se giró hacia atrás y estirando el brazo le cogió la limonada de la bandeja a Sanji, entonces se fijo en las caras de preocupación de Nami y Franky y les  pregunto–. ¿Qué pasa? ¿Nami? ¿Franky? –preguntó Luffy preocupado.
–No es nada, es solo que Nami, tiene la sensación de que algo no va bien –le contestó Franky.
–Si Luffy, tengo la sensación de que esta tranquilidad que se respira, solo es un aviso de que algo malo va a pasar –dijo Nami, sin ni si quiera perder de vista ni el Log Pose, ni el horizonte–. Luffy, ves a avisar a Zoro, de que nos estamos acercando a una isla, que este atento –continúo hablando Nami.
–¡¿Yo…?! ¿Por qué yo? –dijo Luffy tras beber un largo sorbo de la limonada.
–¡¡¡He dicho que vayas y punto!!! –Dijo Nami completamente histérica, quien por primera vez había quitado la vista de su objetivo para lanzarle una mirada amenazadora a Luffy.
–Vale, vale… –murmuro Luffy al tiempo que dio un giro, así se puso mirando hacía el barco, entonces echando previamente los brazos hacia atrás, los devolvió hacia adelante, y de una estirada de brazo se cogió a la habitación de vigilancia y dando un pequeño salto, se recogió en sus brazos y entro de golpe por una de las ventanas, estampándose así con Zoro, el cual estaba haciendo sus ejercicios de levantamiento de peso.
–¡¡Se puede saber que haces!! –le pregunto Zoro al tiempo que alzó la enorme pesa, haciendo un ademan de atacar a Luffy.
Luffy, que se hallaba tumbado, se alzó lentamente y sin dejar de rascarse la cabeza, le dijo tranquila-mente–. Me ha dicho Nami que estés atento a si avistas alguna isla.
–¡¿Y lo dices tan tranquilo, después de que casi me matas?! –dijo Zoro al tiempo que dejo de un pequeño golpe la gran pesa en el suelo.
–No seas tan exagerado, hombre, que no ha sido para tanto –afirmó Luffy sonriendo, tras esto se cogió al marco exterior de la ventana con ambas manos, dio un par de pasos hacia atrás, cogió carrerilla y rápidamente salto por la ventana, cayendo de nuevo sobre la cabeza del Sunny, donde se volvió a sentar.
Zoro dio un largo suspiro, cogió el periscopio y se puso a mirar por la ventana, mientras tanto en Proa, Nami le preguntaba a Luffy–. ¿Qué ha dicho Zoro?
–Nada, solo estaba gritando que casi lo mato, cosa que no entiendo, si no he hecho nada. –dijo Luffy, con cara extrañada.
Nami se disponía a echarle de nuevo la bronca a Luffy cuando, Zoro dio un grito–. ¡Apreció una isla lejana al noreste de aquí!
–¡De acuerdo Zoro! –dijo Nami a gritos para que este la oyera–. De acuerdo, eso significa dos cosas, que el tiempo ya se ha adaptado y por tanto estamos salvados, o que el tiempo va a cambiar de malas maneras adaptándose a esta nueva isla –afirmó dirigiendo sus palabras a Franky.
–Bueno, no tenemos otro remedio que arriesgar, así que deberíamos dirigirnos hacía la isla, ¿no? –pregunto Franky a Nami, a lo que ella respondía afirmando con la cabeza­–. ¡Chicos! ¡Izar velas, que nos vamos para la nueva isla! –y todos se pusieron en marcha.
Apenas un par de minutos después, una fuerte sacudida de viento de gran potencia, alzó el Thousand Sunny, moviéndolo a gran velocidad sin control alguno.
–¡¡¡Yiahahaiiii!!! –grito Luffy al mismo tiempo que se agarro de su particular asiento, mientras con la otra mano agarro su sombrero.
– ¡Ahhhh! ¡¿Qué está pasando?! –dijo Usopp al tiempo que se agarraba a Brook, el cual, a causa de su poco peso, salió disparado, sin dejar de gritar, así chocando contra la puerta de la cocina
– ¡¡¡¡¡¡¡Socorro!!!!!! –grito Chopper, el cual salió por los aires a causa del brusco movimiento que dio el barco por culpa del extraño golpe de viento.
Robín, que ya se había levantado de la tumbona para ponerse a salvo, sin protegerse del peligro, cruzó los 2 brazos sobre su pecho e inmediatamente dijo –. “Cinco fleurs” –al momento, cinco brazos salieron de la parte de popa y haciendo una cadena entre sí, agarraron a Chopper de la pata. Pero a causa de salvar a Chopper, Robín tropezó con la barandilla de estribor y apunto estuvo de caer al mar, pero Sanji rápidamente fue a por ella y la cogió de la muñeca justo antes de que esta callera, agarrándose tras esto de la misma barandilla fuertemente.
– ¡Dios mío, perdemos el control! ¡¿Qué hacemos Nami?! –.Preguntó Franky, el cual estaba sujeto al timón, para no caer.
– ¡No podemos hacer nada! El viento va demasiado fuerte, si giramos ahora las velas se romperán, ¡El viento es el único que decide ahora! –.Dijo Nami, sin soltarse de la barandilla.
Así fue, como el viento los estuvo moviendo por toda el área de influencia climática de la isla, moviéndolos en todas direcciones, como si de un laberinto acuático se tratará, pasado un cuarto de hora, un grito resonó por todo el barco–. ¡¡Ohhhh dios mío!!.
–¡¿Qué pasa Nami?! –dijeron Franky y Luffy, que eran los que más cerca estaban de ella.
–Pa, pa, pasa... eso… –tartamudeo la navegante, señalando hacia delante.
–¿Qué pasa? Solo es una nube de vapor. –dijo Franky, aunque poco tardo en darse cuenta–. ¡Un mo-mento! ¡¿Qué hace aquí en medio una nube de vapor?!
–no es eso… e-es lolo de arrrrribaa –tartamudeo, al tiempo que señalaba hacía arriba–. Es la… ¡¡¡¡RED LINE!!!! –gritó completamente asustada, pues es imposible que hayan dado ya la vuelta al mundo.
–¿¿¡¡Queeeeeeeeeeeee!!?? –Dijeron todos al unísono.
                                                  

viernes, 4 de marzo de 2011

Presentación

Bienvenidos a "My fan fictions blog"

Este blog tendrá diversas características:

-En él, iré publicando capítulos de diferentes fanfics aleatoriamente, es decir habrán veces que encontraras muchos capítulos del mismo fanfic seguidos y otras veces los encontrarás separados.

-También, cabe destacar, que no los publicaré regularmente, a lo mejor, subo un capítulo cada día o cada dos días, que de golpe no subo ninguno en una o dos semanas.

La razón por la que he creado un blog donde haré varios fanfics es porque, a parte de facilitaros el poder ver diferentes fanfics en un solo blog, es porque suelo ser de cambios rápidos, y para evitar tener que crear un blog por cada fanfic que quiera hacer, en este colocaré todos los que haga. Por eso es que habrán temporadas donde habrán muchos capítulos seguidos del mismo fanfic.

Y una vez explicado esto, decir que el primer fanfic que haré será de...



Gracias a todos, y espero que os agrade "My fan fictions blog"